lunes, 10 de noviembre de 2008

Lluvia bendita


Ben Hur, en condición de local y en el último instante del partido, venció a Regatas Corrientes por 80 a 79. Tal como ocurrió hace un mes atrás, Ben Hur ganó ante el rival de anoche en la última bola. Los locales jugaron con mucha entrega, para a partir del tercer cuarto lograr remontar una desventaja de 19 puntos y como pasó en Corrientes, venció a Regatas por la mínima. El local jugó dos partidos en uno, porque regaló 16 minutos y jugó cerca de la perfección los restantes 24 para quedarse con una victoria esperada, sufrida y que sin duda contagiará desde lo anímico a un equipo que se había acostumbrado a no poder revertir situaciones de juego. Ben Hur se hizo fuerte en el arranque con el juego interior, gracias al aporte de Cabello y de Brown. La contestación de Regatas no demoró. Acosta se mostró derecho desde 6,25 y el oportunismo de Stanton en el rebote ofensivo hicieron escapar a los suyos 11-6. Después del arranque auspicioso, el local se desencontró con el aro y descuidó peligrosamente la marca defensiva. Todo en bandeja para Regatas, que de la nada duplicó la ventaja, con una destacada labor defensiva de Kammerichs, con 4 rebotes y 3 recuperos. El panorama no se modificó para el local en el cambio de cuarto, muy por el contrario, se acentuó. Regatas jugaba en ese tiempo distendido (35–18) ante el desconcierto defensivo de Ben Hur, que veía como el rival quebraba –muy fácil- el destino del juego. Oroño cambiaba sistemas y nombres sin lograr la reacción pretendida. La superioridad de Regatas era consistente, corriendo o con posesiones en ataques fijas, que siempre encontraban destino de red. Sin embargo, en un panorama sombrío, los minutos finales del cuarto dejaron una luz de esperanza. El equipo de la nada cambió positivamente la actitud, ayudando esta situación a maquillar una desventaja, que llegó a ser de 19 puntos. En el reinicio, luego del descanso largo, el local salió sabiendo que no tenía margen de error si quería darle pelea al resultado. Así lo entendieron los jugadores, que buscaron matar o morir, corriendo, metiendo, presionando. Entonces, el contagio y la esperanza se hicieron presentes para primero bajar la diferencia hasta dos puntos.Cuando parecía que el juego era historia, nacía un nuevo mini partido. Increíble, pero real, el mismo equipo que era bailado hacía un par de minutos ahora estaba dando vuelta el marcador, con una especialidad brasileña a cargo de Tiago: triple a la carrera y falta. Después del sofocón, con mucho esfuerzo, Regatas levantó la mirada del piso y se quedó con un cuarto, que mostró lo mejor del local en mucho tiempo.Quedaban 10 minutos y un desenlace incierto, la única certeza era que Ben Hur estaba más entero desde lo emocional. El ritmo de los minutos definitivos lo manejaron dos parejas, Acosta y Cequeira por Corrientes, Brown (inspiradísimo) y Tiago en el local. De las determinaciones que ellos asumían saldría el ganador. La balanza de la justicia se inclinó por una vez para Ben Hur, que merecía –por el esfuerzo mostrado- quedarse con el partido.
Fuentes : www a-d-d.com.ar